El Inbound Marketing comprende la ejecución simultánea de diferentes estrategias, como, por ejemplo, la creación de contenido, la nutrición de leads y las conversaciones. Ahora bien, si cada una de ellas comprende diversas acciones, ¿cómo pueden las organizaciones observar la continuidad de la narrativa que construyen al ejecutar cada una de estas actividades? La respuesta está en las conversiones.
Ellas representan el mecanismo que une todas las tácticas implementadas, porque permiten observar cómo impactan las iniciativas en el buyer persona, a medida que avanza por el recorrido del comprador y el embudo de marketing.
En este artículo, te contamos por qué las conversiones son una pieza clave para el Inbound Marketing y cómo crear un camino de conversión que ofrezca buenos resultados.
Cuando hablamos de “conversión” nos referimos al momento en el cual un visitante de un sitio web realiza una acción deseada.
Las conversiones no tienen que ver únicamente con la venta en sí misma. Por eso, lo ideal es que ocurran durante todo el ciclo de vida del visitante y aporten valor en cada etapa, sin ceñirse exclusivamente al punto de inicio o fin.
En este sentido, favorecen el entendimiento de la audiencia, dado que ayudan a reunir información sobre los leads potenciales y los clientes recurrentes que interactúan con el contenido de un determinado sitio. Solo comprendiendo cuáles son las preferencias de los visitantes, es posible potenciar su experiencia, ofreciéndoles interacciones humanas, útiles e integrales.
Por otro lado, los datos que arroja el análisis de las conversiones permiten que las organizaciones evalúen la eficacia de las acciones de marketing, la estrategia de contenido y los esfuerzos de nutrición de leads, entre otras iniciativas.
De esta forma, contribuyen a tomar decisiones informadas, eliminando la especulación. Porque, después de todo, las cifras no mienten.
Finalmente, al brindar información sobre las interacciones de los visitantes, las conversiones también fomentan la creatividad, llevando a que los equipos de marketing diseñen diferentes estrategias para lograr la ejecución de una determinada acción.
Por ejemplo, las landing pages tradicionales o las conversiones directas que se encuentran en los artículos de blog son recursos válidos. No obstante, para potenciar el crecimiento organizacional, pueden requerir una cierta actualización, o bien incluir caminos de conversión directos o sin contacto.
En este punto, es imprescindible considerar que la forma en la que los usuarios eligen interactuar no es estática, sino que evoluciona junto con la tecnología y que, al mismo tiempo, la ejecución adecuada de una estrategia de conversión debe contemplar experiencias personalizadas.
La clave está en experimentar distintos formatos y herramientas a fin de encontrar los tipos de interacciones y puntos de conversión más eficaces para cada buyer persona.
Las conversiones permiten analizar el progreso de una estrategia centrada en el Inbound Marketing, ayudando a garantizar una conexión integral con la audiencia online. Ahora bien, ¿cómo lograr que sean eficaces?
Poniendo en marcha un camino de conversión estratégico que guíe a los visitantes del sitio web y los ayude a interactuar con todo el contenido que tienen a su disposición.
Todo comienza con el reconocimiento, es decir, con la inclusión de un elemento que atraiga a los visitantes hacia una oferta.
Puede ser un formulario que aparezca en una ventana o recurso emergente, un botón colorido o un icono de chat.
Independientemente de cuál se elija, es necesario que la herramienta deje en claro que la empresa tiene la experiencia o el conocimiento necesario para dar respuesta a aquello que quiere resolver el visitante.
¿Qué objetivo querés lograr con la estrategia de conversión? La respuesta a esta pregunta determinará el éxito —o el fracaso— de la iniciativa.
Una de las alternativas posibles es incluir una conversión de un solo paso colocando, por ejemplo, un botón con un call-to-action que dirija a los visitantes a un archivo descargable.
Otra posibilidad es diseñar un camino con varias etapas, en el cual el usuario deba completar una serie de fases para alcanzar el objetivo final.
No hay una opción correcta y una incorrecta. La clave está en identificar cuál es el propósito final y la acción más importante que el usuario debe ejecutar para alcanzarlo.
Si ya determinaste el punto de inicio y el objetivo final de la conversión, es momento de diseñar la trayectoria que conecte las diferentes partes de este modelo y cree una experiencia homogénea.
Si bien las landing pages pueden ser una buena alternativa, existen también otros métodos como chats en directo o aplicaciones de mensajería. No tengas miedo de experimentar con diferentes soluciones hasta encontrar aquella que mejor se adapta a tus buyer personas.
Una vez puesta en marcha la estrategia de conversión, es necesario analizar su rendimiento. ¿La cantidad de visitantes está en consonancia con el número de conversiones que esperabas? ¿Existen usuarios que se pierden en el camino?
Evaluar los resultados permite entender cuáles son los puntos débiles y las áreas de mejora de la iniciativa y, al mismo tiempo, brinda la posibilidad de tomar decisiones apuntadas a su optimización.
Una estrategia de conversiones exitosa es aquella que responde la pregunta de tus visitantes, contribuyendo a su satisfacción. Si necesitás ayuda para crear un plan de conversión efectivo para tu empresa, contactanos.